Vuelven las temperatura bajo cero: a tener cuidado con el monóxido

Los distintos servicios de pronósticos climáticos están anticipando un regreso de las temperaturas invernales, con heladas fuertes y prolongadas en todo el Alto Valle. Con las bajas temperaturas, la primera reacción es subir las estufas y tratar de obturar todas las aberturas. Pero... cuidado. El monóxido es un riesgo que siempre está latente con la calefacción a gas o leña.

Para empezar con el gas: recordá que la llama siempre debe ser de color azul. Si en cambio presenta tonalidades anaranjadas o amarillentas, indica que hay una mala combustión y que se debe llamar a un gasista para limparlo.

Leé también: Monóxido de carbono: recomendaciones para prevenir intoxicaciones

Otra circunstancia que puede ocurrir es que los tubos de ventilación se obstruyan con el paso del tiempo, por la acumulación de polvo y grasa, por lo que es conveniente realizar una limpieza adecuada.

También hay que tener en ccuenta que las hornallas y el horno no fueron diseñados para calefaccionar. La razón es muy simple: no tienen ventilación exterior y consumen oxígeno, por lo que su uso prolongado puede generar trastornos.

En el caso de las estufas a leña, hay que considerar algunos aspectos: uno, el tiraje de la chimenea. Si no es adecuado, el monóxido de carbono invadirá la habitación. Una mala combustión de los maderos, cuando genera humo, es un generador de monóxido, además de otros efectos tóxicos que afectan a las personas con problemas respiratorios.

Seguí leyendo: Comienzan a descender las temperaturas en el Alto Valle, enterate las mínimas y máximas

En caso de tener que calefaccionarte con leña, fijate que tenga un buen sistema de respiración para eliminar los gases que genera.

Tené en cuenta que el monóxido de carbono es un gas imposible de percibir, ya que no tiene color, olor, sabor y tampoco irrita las mucosas. Pero al quedar expuesto durante un tiempo, produce dolores de cabeza, náuseas, dolor de pecho, y una sensación de cansancio. En un caso extremo, puede producir baja de presión, hipotermia, el desmayo y hasta la muerte.