Narcotráfico: el hilo invisible que une dos horrendos crímenes en la región

A Silvia Cabañares la asesinaron con una violencia terrible y la seguieron acuchillando aún después de muerta. No tuvo ninguna advertencia ni posibilidad de defensa. Su cuerpo fue abandonado en un basural de Las Perlas. A Maximiliano Gallardo lo convocaron a una casa en Cinco Saltos y lo asesinaron de un balazo. Su cuerpo no apareció todavía, pero la justicia imputó por el homicidio a un hombre y una mujer.

En ambos casos, la sombra de una organización criminal intenta encubrir aspectos de los hechos pero al mismo tiempo dejar un mensaje: las deudas se pagan de alguna manera.

En el caso de Maximiliano, la investigación avanzó bastante. Hay dos personas imputadas por el hecho; hay testigos que los escucharon adjudicarse el asesinato; y existen otros indicios que los ubican sospechosamente en el escenario del crimen. También se colectaron elementos que los hace suponer que, de por medio, existía una deuda por estupefacientes.

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El joven tucumano no pudo cubrir con ese compromiso que tenía con sus proveedores y, tal vez a modo de castigo ejemplificador, lo ejecutaron y ocultaron el cuerpo.

El caso de Silvia es más complejo. En principio, porque hay dos jurisdicciones y dos causas diferenciadas. En Neuquén, se lleva adelante la causa por la violación grupal; que irá a juicio en agosto, luego de la feria. En Cipolletti, se investiga el homicidio, ocurrido en Las Perlas. Pero los dos forman parte de un mismo ciclo.

Silvia Cabañares tenía un problema de adicciones. Drogas de baja calidad, especialmente marihuana “cortada” con otras sustancias y pastillas. Esto agravaba su condición de salud mental. Pero al mismo tiempo consolidaba su dependencia con sus proveedores. La mujer había presentado la denuncia por el brutal hecho de abuso sexual en abril; y desde entonces venía recibiendo presiones y amenazas para que la retirara.

Hay una sospecha: esos narcos la “entregaron” al grupo violador como “forma de pago” por la deuda. Pero Silvia llevó las cosas a la justicia y rompió ese pacto. Por eso la represalia fue terrible. Y eso explicaría la violencia con que la mataron.

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La querella quiere cruzar los datos de las antenas telefónicas: intentan visualizar si hay coincidencias entre las personas que se encontraban en la zona de Confluencia el 14 de mayo, cuando se produjo la violación; y quienes transitaron por Las Perlas el 25 de agosto, el día de su muerte.

Pero si de algo están seguros es que el narco estuvo presente. De allí el temor y la resistencia a declarar de muchas personas que aparecen en la causa.